Carta a Los Reyes Magos

05.01.2015 23:34

Así de radiante empecé el 2015, porque es el año de “la niña bonita”. Con esperanza en un año de cosas bonitas que es muy de agradecer, con la que nos está cayendo. Y ahora que sé quiénes son Los Reyes Magos y tengo una edad razonable para dirigirme a ellos de tú a tú, y no en nombre de mi hijo como cuando él era pequeño y creía sin asomo de dudas en sus preciosas majestades; les escribo esta carta con la intención de que mañana, me hayan traído lo que les pido para mí y los que amo, y porque quiero poder mantener esta sonrisa radiante durante la mayoría de los días del año que ha comenzado.

Queridos Reyes Magos:

Llevo un año esperando para escribir esta carta. Un año donde he ido apuntando en mis cuadernos las cosas que quiero, muchas claros, por lo que simplifico para no aburrir.

A ti Melchor te pido un saquito de salud: para nuestros mayores, nuestros niños, nuestros familiares, nuestros compañeros, nuestros amigos y para nosotros, todavía más, porque no se puede cuidar si no se está bien. Prometo que me encargaré de repartirlo con humanidad y sencillez a toda esa gente que lo necesite, porque yo estoy muy agradecida de disfrutarla y hablo de autoestima, de equilibrio, de desarrollo personal, de fe, de confianza, de solidaridad, de apoyo y colaboración: “nos nutrimos”. Estimado Melchor hablo del reconocimiento y el valor del Ser y Estar de cada uno de nosotros.

A ti Gaspar te pido na menos que prosperidad. Quiero decir que trabajemos menos, nos divirtamos más y que ganemos el triple. Qué produzcamos mucho haciendo lo que más nos gusta y nos paguen con más dinero del que podamos necesitar. Qué se realicen nuestros sueños y cada uno de nuestros proyectos sea fructífero. ¡Qué sabemos que hay abundancia para todos y qué basta ya de carencias y de conformismos!

Y a ti Baltasar, mi favorito, te pido lo más importante. Te pido que la gente vuelva a creer en el amor. Te pido para la cantidad de personas que ya no creen en el amor y que cuando lo encuentran, huyen despavoridas por miedo, un toque de atención amorosa en grado máximo. Así que espero que todos tengamos más contacto, más abrazos, más mimos, más besos, mejor sexo, más encuentros en persona. Qué nos llamemos mucho, que nos interesemos por lo demás y nadie se sienta sólo cuando no quiera estarlo. Sé que te lo he puesto difícil porque el amor es el motor de todo: la mejor medicina, la mayor fortuna y lo más valioso de cada uno de nosotros mismos. Confío en ti totalmente, Baltasar.

Ya sabéis que el año pasado he sido más que buena, he sido mí mejor yo y que merezco tener todo lo que quiero. Y sé que la gente a la que conozco también se han portado estupendamente y que se merecen el bienestar que se han ganado.

¡Muchas gracias!