El arte de compartir: Manifiesto de una escritora.

28.10.2015 20:45

Estoy pensando en mis “Heroínas de lo cotidiano” a las que ya mencioné el otro día, esa colección de cuentos y relatos que tratan de ser publicados desde hace más de un año entregándose con mimo a pequeñas y creíblemente más cercanas editoriales,  y de qué forma decir en bonito qué esas fabulosas criaturas y sus fantásticas hazañas en las que todos nos veremos reconocidos  no ven la luz editorial que las muestre con toda su calidad y humanidad, languideciendo en algún mail olvidado, en alguna pila de papeles almacenados o lo que es más duro trituradas ya antes de nacer al mundo literario. Y claro, es una cruel responsabilidad el de alguna forma sentirme culpable de que así sea, por no tener la nacionalidad adecuada que acredite la seriedad de mi oficio como escritora y mi compromiso literario, o más triste todavía no ser una figura mediática capaz de arrastrar a masas de seguidores que garanticen en firme unas ventas en las librerías para el pequeño y muy duro mundo editorial, y ya más tonto todavía no contar con esos “apoyos” que confieren el estatus de cualquier origen.  Ni que decir tiene que yo misma cómo una de esas heroínas de lo cotidiano sea descartada como autora aun teniendo calidad para ser publicada, por el simple hecho de ser una anodina mujer de cincuenta años incapaz de conseguir cumplir su sueño de ver reconocido el trabajo de toda una vida y el inmenso AMOR a su oficio de escritora. Y sí, son “malos tiempos para la lírica” como decían los magníficos Golpes Bajos y por eso precisamente es más necesario que nunca la unión y el apoyo por parte de todos los que amamos la literatura, tanto lectores, como escritores, editores, libreros y demás amantes de la más bella de las formas de expresión y comunicación que existe: la palabra escrita y que respetemos en todo su inmenso valor tanto su contenido, como la audaz labor que hay por parte del autor, las horas de desvelos, el agotamiento al que puede llegar a conducir ese continuo parto de ideas, la inevitable sequia por la que también tenemos que pasar en esas épocas de barbecho donde se están germinando las nuevas cosechas de ideas creativas, y todas esas preciosas horas de intima soledad en las que el autor se tiene que retirar del mundo para escribir y crear un MUNDO SORPREDENTE para compartirlo y que lo disfruten todos los lectores de ese mismo mundo que el autor habita y que de forma humilde trata de mejorar CREANDO POSIBILIDADES.

Pido por ello el esfuerzo de demostrar ese amor profundo que todos tenemos a la más bella de las artes: LA LITERATURA.

Al LECTOR que lea y que comente lo leído tanto con otros como con su propio autor que necesita nutrirse con esos comentarios de sus lectores y que gocéis del muy gratificado y además gratuito ARTE DE COMPARTIR y etiquetar tan de agradecer en las redes sociales para aquellos autores que todavía no hemos podido publicar, esos inéditos qué haberlos haylos: para saber y sentir que a pesar de todo tenemos  lectores e incluso seguidores y que sigamos sin más pretensiones sintiendo vuestro apoyo en nuestros blogs que es lo único que nos compensa y anima a seguir escribiendo. Qué ya sé que la economía de todos pasa por este interminable momento de precariedad para tantos de nosotros, pero que se siga haciendo el esfuerzo por parte de los PROVEEDORES EDITORIALES de que los libros no sean un lujo adquisitivo y que puedan estar al alcance de todos, y que esos lectores que veamos ese esfuerzo lo compensemos, aunque para hacerlo tengamos que privarnos "los que pueden permiterselo" de otros caprichos más efímeros que un buen libro que nos acompañara durante el resto de la vida en lugar de descargarlo*, comprando esos libros o e-pubs, para pagar ese trabajo que es CREAR UN LIBRO, y que todos lo que nos dedicamos a ello podamos vivir de nuestro trabajo. Y que ya puestos a comprar que lo hagamos en esas pequeñas LIBRERIAS de nuestros barrios que ya no saben que inventarse ni para sobrevivir ni para complacer al potencial cliente, dónde sus libreros nos escuchan y nos atienden dándonos un trato personalizado y humano; no como en un centro comercial en el que compramos el éxito editorial de turno al tiempo que la leche para todo el mes (por alguna razón soy una intolerante de la leche!!!)jjj  Salvemos también a el pequeño comercio, ese” de toda la vida” y no hagamos que se siga muriendo bajo el peso de esa especulativa comodidad de “todo de golpe” donde siempre me llevo más de lo que no quiero que de lo que realmente iba a buscar, como en un “chino” y no me extiendo más en una comparación tan clara de lo que fueron nuestras tiendas de ultramarinos  y demás pequeños comercios, tristemente desaparecidos. A las EDITORIALES les pido también que lean los libros que reciben y que apuesten por publicar a los autores en base a su calidad y no pensando en cifras de negocio y de ventas…ya, ya sé que pido demasiado para la que está cayendo pero pensar que a lo mejor por un casual ese libro que no publicáis a lo mejor, puede que sea ese Harry Potter que dejáis pasar de largo.., por eso pido que apuesten por la gente joven que comienza con todo su ímpetu, pero que no olviden a los que llevamos toda una vida de dedicación, que tenemos grandes ejemplos de autores muy maduros que han sido grandes éxitos de ventas  además de galardonados con los premios más prestigiosos del mundo literario a pesar de su tardía incorporación en ellos. Porque la escuela de la vida es eso: vivencias y experiencias, y eso sólo te lo da el paso por la vida, que es tan lícito como las ganas de empezar a vivir e innovar, dejando tu marca en el mundo que quieres crear. Y ahora sí, como dirían los mexicanos: “Echando los restos”, a mis compañeros de oficio los ESCRITORES: que ya sabéis lo dura que es esta profesión donde nadie regala nada la mayoría de las veces, donde celebremos los éxitos de los amigos y discípulos, pese a la mala fama que tenemos de ir a la nuestra; os pido, sólo eso qué parecerá la luna; a los que han publicado que apoyen públicamente al valiente que se atreve a seguir aquí aún sin poder publicar, que apadrinéis, que “apapachéis” (precioso termino), a esos compañeros o pupilos en los que creéis: que ya sé que vuestras vidas se llenan de obligaciones entre promoción y promoción y que además tenéis que sacar un rato y grande para continuar con tu oficio de escribir y que encima se espera que atiendas tu vida personal ,si es que ya no has renunciada a ella o la has tenido que dejar para mejor momento, bajo el propio peso de la supervivencia y atención a otras tantas obligaciones; os pido que recordéis los momentos de apoyo de otros, gracias a los que tú publicaste aquel tu primer libro y que devuelvas ese favor en gratitud para que la vida literaria no se paré en ese punto de YA ESTÁ, solté lo mío!, privando al mundo de otras también preciosas criaturas. Y a esos otros pobres ESCRITORES NOVELES, ANÓNIMOS O DESCONOCIDOS, sencillamente como yo misma, nos pido que no desistamos, que no dejemos de escribir y de seguir creando esos maravillosos mundos que son cada escrito y esas amadas y únicas criaturas que los habitan en toda su humanidad de personajes de ficción o palabras del alma, y que se quedan llenando nuestras vidas y la de los lectores mientras los tenemos como compañeros de existencia, algunas veces INOLVIDABLES.

Y por supuesto no me olvido del Arte de Aprender y Enseñar de este noble oficio que es el de Escribir, y de lo que ya hablaré otro día.

Marisa Rubio Pedrero

*Descargar un libro: cosa que yo no apruebo pero que me he visto obligada a hacer al no poder de ninguna otra manera adquirirlos, qué ya es triste dada mi extensa biblioteca y que los libros siempre han sido siempre mi pasión e inversión, pero sí de momento no los puedo pagar, ni tengo de lo que privarme para adquirirlos, ni me son facilitados... pues, ¡ándale!