Tarde-noche inolvidable de Microrelatos con Pedro Crenes y su “Microndo” en el Club de Lectura de Librería Bravo
Las razones que el corazón entiende sin chistar: Hay momento en los que sólo puedo dar la gracias desde lo más profundo de mi ser, porque me siento colmada de regalos.
Gratitud hacía el amigo, el cómplice de empeños, el confidente de fechorías literarias, el compañero de inquietudes, la persona “normal” cargada de toda su humanidad, de su SER y mostrarlo… y toda una retahíla de virtudes nada objetivas, por mi parte, porque las digo desde el más sincero cariño y agradecimiento. Agradecimiento por el viaje, por el tiempo empleado tan generosamente, por la sinceridad, por la apertura, por la escucha, por las respuestas honestas, sin adornos, por las confidencias...
En fin querido Crenes que con el Club de Lectura de Librería Bravo has aumentado tu club de fans, enamorando a la audiencia con tu encanto personal y que aquí, como te dije ayer: tienes tu casa, además de tu amiga.
Sigo con los dones:
¡Gracias, Manuela como siempre, por tanto amor, tanto cariño como pones en todo, gracias por crear este espacio maravilloso y gracias por tu apoyo en mis proyectos y locuras… o no (lo de locuras)! Es fantástico tener alguien tan empática, estimulante, positiva y valiente: ¡Somos unas jabatas! ¿Quién dijo miedo?
Y tengo que decir algo tan importante cómo: !Gracias amado Club de Lectura! Sin vuestra valiosa contribución nada de esto sería posible! Vuelvo de nuevo a perder la objetividad, no me importa en absoluto: Sois lo más selecto, honesto, divertido, crítico, humano, sensible, amable y conmovedor… ¡Gracias, por acogerme en vuestras vidas, gracias por hacer realidad mi sueño, gracias por ser como sois!
Os quiero,
Marisa Rubio Pedrero